Operando prácticamente a la vista de la Policía Fronteriza de EE UU, Sixto ha logrado establecer un acuerdo tácito con las autoridades, quienes entienden que su único propósito es vender sus helados, después de proveer a los migrantes regresa al lado de Piedras Negras.

Sixto un comerciante de helados desde hace tiempo, se aventuró a este negocio en la zona fronteriza Eagle Pass, lleva consigo una hielera llena de productos y con su ropa de trabajo se adentra en la zona del río para ofrecer sus artículos.

Este emprendedor estima que vende aproximadamente 250 “bolis” al día a los migrantes, con un costo de 20 pesos cada uno lo que le permite obtener ganancias diarias que oscilan entre 600 y 1,200 pesos, además, menciona que a menudo regala su mercancía a los niños que no tienen dinero.

Sigue adelante con su labor, destaca que prioriza la posibilidad de ayudar a quienes buscan un futuro mejor, incluso menciono que estaría dispuesto a venderles a los Policías Fronterizos de la frontera, pero cada uno tendría un precio de dos dólares.