La declaración sobre su aspiración a la presidencia se produjo durante su liderazgo en una asamblea de su asociación civil, El Camino de México.
Ebrard hizo hincapié en su determinación de no involucrarse en ningún otro cargo o proceso electoral que no sea la candidatura presidencial.
Además, respondió a los clamores de «¡fraude, fraude, fraude!» por parte de sus simpatizantes, aludiendo a lo que considera un proceso interno de su partido, Morena, marcado por irregularidades y falta de transparencia.
El político mexicano expresó su preocupación por la participación de la Secretaría de Bienestar, la intervención de gobernadores y el origen de los recursos utilizados en el proceso interno de Morena.
Ante esta situación, Ebrard presentó una solicitud de nulidad del proceso ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia.
Ebrard hizo un llamado a Morena para que tome una decisión crucial en este momento, destacando que el partido enfrenta un dilema significativo.
En palabras de Ebrard, «Si no se toma una medida inmediata, profunda, todo el Movimiento de Regeneración Nacional se va a convertir y se va a mimetizar en una organización política con prácticas que hemos combatido años».
El plazo para que Morena responda a la impugnación de Ebrard es este mes de octubre, lo que plantea una decisión crucial para el partido. Ebrard subrayó que su movimiento cuenta con el respaldo del 26 por ciento de las preferencias, según lo reconocido en la encuesta de Morena, a pesar de sus imperfecciones.