El Gobierno del presidente Joe Biden anunció el miércoles que ha dispensado 26 leyes federales con el fin de permitir la construcción del muro fronterizo en el sur de Texas. Esta es la primera vez que la administración actual hace uso de su poder ejecutivo para este propósito, una práctica recurrente durante el mandato de Donald Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional ha publicado el anuncio en el Registro Federal, aunque sin proporcionar muchos detalles sobre la obra en el condado Starr, en Texas. Este condado forma parte de un sector de la Patrulla Fronteriza que experimenta un alto nivel de ingresos ilegales. Según datos del Gobierno, durante el ejercicio fiscal actual se han reportado alrededor de 245,000 ingresos ilegales en esta región.
Entre las leyes federales dispensadas se encuentran las de Aire Limpio, Agua Potable Segura y Especies en Peligro. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha tomado esta medida para permitir la construcción de la obra, utilizando los fondos asignados por el Congreso en 2019 para el muro fronterizo. Estas dispensas evitan retrasos en revisiones y demandas por violación de leyes ambientales.
El condado de Starr, que se ubica entre Zapata y McAllen, alberga a unos 65,000 habitantes en una extensión de 3,108 kilómetros cuadrados. Estas tierras accidentadas forman parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre Lower Rio Grande Valley.
Aunque no se han dado a conocer mapas durante el anuncio, se ha difundido uno previo que muestra que la construcción se sumará a los 32 kilómetros de muro fronterizo ya existentes en la zona. El juez del condado de Starr, Eloy Vera, ha declarado que la obra comenzará al sur de la presa Falcon y se extenderá más allá de Salineño, Texas.
Esta decisión ha generado preocupación entre los activistas ambientales, quienes aseguran que las estructuras afectarán tierras públicas y hábitats de plantas y animales en peligro, como el ocelote.
Durante el Gobierno de Trump se construyeron aproximadamente 724 kilómetros de barreras a lo largo de la frontera entre 2017 y enero de 2021. El gobernador de Texas, Greg Abbott, retomó estas labores antes de que el Gobierno Federal las suspendiera al inicio del mandato de Biden.
Esta nueva decisión contrasta con la postura del Gobierno de Biden cuando emitió una proclama para poner fin a la obra el 20 de enero de 2021, argumentando que construir un enorme muro que abarque toda la frontera sur no es una solución política seria.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos no ha realizado comentarios al respecto.
El anuncio ha provocado un debate político, ya que el Gobierno demócrata se enfrenta a un creciente número de migrantes que llegan por la frontera sur en los últimos meses, incluyendo miles que ingresaron a Estados Unidos por Eagle Pass a finales de septiembre.
Los simpatizantes de esta medida han manifestado que se deberían utilizar las dispensas de las leyes como una plataforma de lanzamiento para un cambio en la política.