Alrededor de 308.182 migrantes irregulares han ingresado a Honduras en lo que va de 2023, una cifra histórica que casi triplica la del mismo período de 2022, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM) a los que tuvo acceso EFE este sábado.
El número de migrantes que ingresaron al país entre el 1 de enero y el 20 de septiembre es un 195,5 % superior a los 104.284 extranjeros registrados en igual periodo de 2022, año en que transitaron por Honduras alrededor de 188.858 de estos viajeros, según las cifras del INM.
En los primeros 20 días de septiembre unas 58.210 personas habían ingresado al país centroamericano, de los cuales 43.212 son adultos y 14.998 menores, detalla un informe del INM.
En 2023, la mayoría de los que ingresaron de manera irregular a Honduras siguen siendo venezolanos (139.506), seguidos de los cubanos (40.950), haitianos (35.658), ecuatorianos (34.095), haitianos (31.867), colombianos (6.900), chinos (6.608) y senegaleses (6.071). precisó.
Los restantes 6.527 migrantes que ingresaron al país proceden de más de una treintena de países del mundo, incluidos asiáticos y africanos.
Del total, 251.586 personas, que representan el 81,6 % de todos los migrantes que ingresaron a Honduras, son adultos y 56.596 (18,4 %) menores de edad, de acuerdo a las cifras oficiales.
En Honduras, un paso obligado de migrantes latinoamericanos, africanos y asiáticos, los migrantes sufren muchos atropellos, principalmente en el cobro ilegal del transporte interurbano, o de agentes policiales, de acuerdo al Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh).
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) llamó este jueves a la solidaridad ante el aumento de los flujos de migrantes en tránsito por Honduras.
La mayoría de los migrantes ingresan a Honduras por los departamentos de El Paraíso y Choluteca, en el oriente y sur del país, fronterizos con Nicaragua, donde la OIM realiza un «monitoreo permanente» para dar una «respuesta efectiva» a las personas en situación de vulnerabilidad.
El jefe de misión de la OIM para El Salvador y Honduras, Nicola Graviano, destacó la importancia de «robustecer la actuación coordinada» en el oriente del país para «velar por los derechos humanos de todas las personas migrantes”.
«En este momento, existe un Plan de Respuesta Humanitaria en Honduras que solamente tiene asegurada la financiación del 15 %, esto implica no poder cubrir todas las necesidades existentes y el riesgo es que esta grave situación se convierta en una crisis humanitaria de enormes dimensiones”, señaló Graviano.
Ante esta situación, «no hay lugar para la indiferencia”, subrayó el jefe de misión de la OIM, organización que indicó que continuará trabajando «fuertemente» para brindar una «respuesta humanitaria adecuada» para la protección de miles de personas en tránsito por Honduras.