El primer ministro de China, Li Qiang, y la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, defendieron este miércoles su respectiva influencia en la región de Asia-Pacífico en una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en Yakarta, que alertó sobre el riesgo de un conflicto en la zona.

Li y Harris participaron por separado en sendas reuniones con los líderes de la Asean, constituida en 1967 y formada por Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, la cual celebra su cumbre anual desde el martes y hasta el jueves en Yakarta, con otros dirigentes invitados.

El primero en participar hoy fue el primer ministro chino, quien lanzó un mensaje contra «elegir bandos» y la mentalidad de una «nueva Guerra Fría», en alusión indirecta a Estados Unidos, al que acusa de fomentar las divisiones en la región.

Li también afirmó que tanto la Asean como China persiguen, «sin descanso, la paz (…) y tomamos medidas reales para preservar la estabilidad regional», sin entrar en detalles y mientras aumentan las tensiones en el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad y donde se disputa territorios con Malasia, Filipinas, Vietnam y Brunéi.

El primer ministro chino no abordó la disputa en público y enarboló un discurso centrado en destacar la «estrecha cooperación» entre China y la Asean, de la cual es su mayor socio comercial.

«En los pasados diez años -dijo-, hemos evolucionado mano a mano y contribuido al éxito mutuo».

Por su parte, Kamala Harris defendió en otro foro un Indopacífico «abierto, interconectado, próspero y seguro», en referencia también velada a China, a la que acusa de expandirse en la zona y torpedear la libre navegación en las rutas navales estratégicas.

Harris lo tuvo difícil para convencer a la Asean, con una fuerte dependencia de EUA en materia de seguridad, del compromiso de su país con la región, debido a la ausencia del presidente Joe Biden, cuando los dirigentes de la primera potencia mundial suelen asistir a esta cita, mientras China tiende a enviar a su primer ministro.

«Estados Unidos tiene un compromiso imperecedero con el Sudeste Asiático, y, más ampliamente, con el Indopacífico», defendió Harris.

PREOCUPACIÓN EN LA REGIÓN

Las palabras de Harris no parecieron bastar para aclarar al grupo las intenciones de EUA, y el presidente indonesio, Joko Widodo, anfitrión de la Asean este año, le instó a que su país sea una «fuerza positiva» en la región.

El grupo alertó en un comunicado conjunto sobre la «intensificación de las tensiones geopolíticas en la región», con puntos calientes como Taiwán -la isla autogobernada que Pekín no descarta invadir y Washington, en principio, defendería-, el mar de China Meridional, Corea del Norte y Birmania.

El texto denuncia las «acciones que erosionan la confianza y aumentan las tensiones» en el mar de China, cuando países como Filipinas o Vietnam acusan a Pekín de aumentar el acoso y las agresiones contra sus guardacostas.

Asimismo, cita que la escalada del programa armamentístico nuclear norcoreano «es un desarrollo preocupante que amenaza la paz y la estabilidad en la región».

En paralelo, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, urgió hoy desde Yakarta a la comunidad internacional a impedir los movimientos para que Corea del Norte coopere militarmente con otros países, con informaciones que apuntan a que Moscú y Pyonyang podrían sellar pronto un acuerdo de suministro de armamento.

Algunos líderes de la Asean también mostraron inquietud por el déficit de diálogo entre China y EUA, y el primer ministro singapurense, Lee Hsien Loong, les instó hoy a que «muestren liderazgo a la hora de abordar una serie de asuntos globales que nos afectan a todos».

ENCUENTROS BILATERALES

Li y Harris no mantuvieron por el momento un encuentro en los márgenes de la cumbre, pero sí se reunieron con algunos líderes de la Asean y de naciones invitadas al foro, que incluye una reunión de Asia Oriental y otra del grupo con China, Japón y Corea del Sur.

En particular, Li mantuvo algunos encuentros incómodos, entre ellos con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, el de más alto nivel tras el vertido a partir del 24 de agosto de agua tratada de la central nuclear de Fukushima, a lo que China reaccionó suspendiendo la importación de productos acuáticos de origen nipón.

Kishida defendió la seguridad del vertido «a la luz de los estándares científicos», y pidió comprensión a China.

Li también se reunió con el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., en plena escalada de tensiones territoriales entre ambos países, incrementadas por el renovado acercamiento de Manila a Washington.

Por su parte, Marcos Jr. mantuvo otro encuentro con Harris, quien reafirmó el «compromiso de hierro de EUA hacia Filipinas».