En una noche cargada de simbolismo y tradición, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó el Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional, acompañado de su esposa, la escritora Beatriz Gutiérrez. Este evento marca el penúltimo año en que López Obrador liderará esta celebración patriótica, que rinde homenaje a los héroes de la gesta independentista de México.
Sin embargo, este año, el acto estuvo marcado por la notable ausencia de la titular del Poder Judicial, la ministra Norma Piña, quien fue deliberadamente excluida por el presidente debido a las tensiones existentes entre su Gobierno y la Suprema Corte. Estas tensiones se han originado por desacuerdos en proyectos legislativos e iniciativas de infraestructura propuestas por el Ejecutivo y que han encontrado obstáculos en el Alto Tribunal.
López Obrador, como es su costumbre, rindió homenaje a los héroes de la independencia mexicana, destacando figuras como el cura Miguel Hidalgo, José María Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Además, en su discurso, el presidente hizo hincapié en sus valores y principios políticos, dedicando vivas a la libertad, la igualdad, la justicia, la democracia y la soberanía.
Uno de los momentos más destacados de su intervención fue cuando, sosteniendo la bandera nacional, proclamó: “¡Mexicanas, mexicanos, que muera la corrupción, que muera la avaricia, que muera el racismo, que muera la discriminación, que viva el amor!”. Estos valores son emblemáticos de lo que López Obrador ha denominado «Humanismo mexicano».
Después de su arenga, el presidente y su esposa observaron los fuegos artificiales, mientras desde el Zócalo se escuchaban cánticos de apoyo del público. Con un emotivo gesto, López Obrador y Beatriz Gutiérrez mandaron un abrazo simbólico a la multitud y se retiraron a Palacio Nacional.