El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha autorizado el reposicionamiento de una barrera de boyas en el río Bravo, con el objetivo de evitar el ingreso de migrantes al país.
La medida ha generado protestas tanto por parte de los gobiernos de Estados Unidos como de México.La barrera, compuesta por enormes boyas de color anaranjado, fue instalada el mes pasado por Texas en el río Grande, nombre que recibe en suelo estadounidense.
Sin embargo, el Departamento de Justicia federal presentó una demanda contra el estado argumentando que esta barrera podría afectar las relaciones con México y representar riesgos humanitarios y ambientales.
Previo a una audiencia que decidirá el futuro de las boyas, Texas decidió moverlas más cerca de suelo estadounidense.
El gobernador Abbott afirmó que esta acción fue tomada por exceso de cautela ante acusaciones de que las boyas habían sido desplazadas hacia el lado mexicano del río, aunque no pudo confirmar la veracidad de estas acusaciones.
El juez federal David Ezra de Austin será el encargado de emitir un veredicto respecto a la barrera en una fecha aún por determinar. Mientras tanto, la Operación Estrella Solitaria, una misión fronteriza liderada por Abbott, enfrenta múltiples impugnaciones legales.
Una de las impugnaciones más recientes fue presentada por cuatro migrantes que fueron arrestados por agentes policiales estatales tras cruzar la frontera.
Estos cuatro hombres, incluyendo a un padre y su hijo, forman parte de los miles de migrantes detenidos en Texas desde 2021 por cargos estatales de invasión de propiedad privada.
La mayoría de los casos han sido desestimados o han llegado a acuerdos de culpabilidad, pero los cuatro hombres permanecieron encarcelados en Texas durante dos a seis semanas después de su liberación programada.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Texas y el Proyecto de Defensa Justa de Texas, un organismo sin fines de lucro que busca la aplicación imparcial de la ley en el sistema penal, presentaron una denuncia en nombre de estos migrantes.