Estados Unidos ha confirmado que enviará bombas de racimo a Ucrania, a pesar de las críticas de Alemania y organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch (HWR).

Estas entidades han expresado su preocupación por el impacto que este armamento pueda tener sobre la población civil.

El anuncio de la inclusión de las bombas de racimo se hizo en el marco de un nuevo paquete de ayuda militar que Estados Unidos ofrecerá a Ucrania.

Los detalles de esta ayuda serán proporcionados posteriormente por el Pentágono, según explicó Jake Sullivan, asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, en una rueda de prensa.

Sullivan afirmó que el gobierno estadounidense ha retrasado esta decisión tanto como ha sido posible, pero argumentó que las tropas ucranianas necesitan urgentemente munición para hacer frente a la situación en el país.

Esta medida ha generado preocupación y rechazo en la comunidad internacional, ya que las bombas de racimo suelen tener un impacto indiscriminado y pueden causar graves daños a la población civil.

Alemania y organizaciones como Human Rights Watch han instado a Estados Unidos a reconsiderar esta decisión y a buscar alternativas menos perjudiciales para la población civil.

A pesar de las críticas, Estados Unidos ha decidido seguir adelante con el envío de las bombas de racimo, lo que ha generado un intenso debate sobre la ética y las consecuencias de esta medida.