El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, dijo que ya inició la instalación de una barrera de boyas en el río Bravo como parte de sus esfuerzos para frenar la llegada de migrantes y el tráfico de drogas.

Los primeros 300 metros de boyas comenzaron a instalarse en el sector de Eagle Pass, en el condado de Maverick, conocido por ser un paso regular de migrantes indocumentados, dijo Abbott en un mensaje de Twitter.

La barrera flotante es parte del plan de seguridad fronteriza de 5 mil millones de dólares del gobernador republicano que, según dijo, ya ha tenido un gran impacto en la desaceleración de los cruces ilegales.

Activistas y residentes del sur de Texas protestaron la semana pasada por la instalación de las boyas. Adriana Martínez, geomorfóloga fluvial que ha publicado estudios sobre el efecto de la construcción de barreras en la frontera, dijo que “las boyas son otro intento de militarización de nuestra frontera que tiene un impacto en el río”

“Al igual que la cerca federal, estas boyas cambiarán la forma en que fluye el agua y, por lo tanto, cambiarán el curso mismo del río”, añadió Martínez, según un comunicado de la Coalición Fronteriza de Eagle Pass.

La barrera ya enfrenta una demanda legal, establecida la semana pasada por Jessie Fuentes, dueño de un negocio de alquiler de kayaks, que alega que las boyas afectarán su empresa por limitar el acceso al río.

Por su parte, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, coronel Steven McCraw, ha defendido las boyas bajo el argumento de que se pueden desplegar rápidamente y son móviles.