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Discusión de temas importantes bajo el influjo del alcohol
Sobre Medvedev se dijo que suele enviar textos por Telegram hablando sobre los opositores de la guerra, a quienes califica de mankurts e ibliss (términos despectivos que hacen referencia a personas pobres títeres de sus enemigos y al diablo). Habla también sobre los países “violados por los señores de la oscuridad”, él mismo redacta los escritos, presuntamente en estado de ebriedad.
Entre los temas que se barajan presuntamente bajo el influjo del alcohol está la posibilidad que se lleve a cabo una guerra usando armas nucleares o el realizar un atentado contra el gasoducto Nord Stream, el cual sufrió un ataque en circunstancias sospechosas.
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Crece el alcoholismo pese a oposición de Putin
Desde el 2010 Vladimir Putin le declaró la guerra al alcoholismo, pues buscaba un país sano, incluso a los soldados “borrachos” que van al frente los mete en mazmorras especiales, pero al parecer su lucha no ha rendido frutos, pues su círculo cercano ha incrementado su consumo de alcohol.
Ahora las autoridades beben mucho y de todo, además revuelto. Antes el consumo de alcohol estaba limitado a máximo una botella por persona, ahora incrementó a botella y media e incluso dos. Entre las bebidas favoritas de los funcionarios están el coñac, el champán y el vino; según se ve en los artículos comprados por las agencias.
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Para quienes se preguntan cómo hacen las agencias para eludir las sanciones, la respuesta es que compran la mayoría de bebidas alcohólicas al extranjero. Aunque en los banquetes de altos funcionarios no pueden faltar bebidas rusas, no las más baratas ni las más caras. Cabe señalar que algunas personas cercanas a Putin o incluso los llamados “defensores del pueblo” también son productores de alcohol.
Las sanciones que Occidente ha impuesto a Rusia sí han afectado a la población, que al ver disminuida su capacidad de adquisición opta por consumir bebidas alcohólicas con bajo porcentaje de alcohol, otros más han decidido elaborar las suyas, de manera clandestina.