Guatemala es uno de los países que los migrantes que vienen desde el Centro y Sudamérica tienen que atravesar para llegar hacia los Estados Unidos. El país tiene políticas restrictivas para los migrantes que entran al territorio de forma ilegal.
A pesar de lo que esto implica la meta es muy clara y a pesar de los obstáculos, que son muchos, no quintan la vista al norte, los Estados Unidos, donde tendrán mayores posibilidades de dar a su familia una vida con más oportunidades.
“Uno va por algo mejor, por una estabilidad para mi y para mi familia. Uno estando allá tiene más posibilidades de estudio para mis hijos, más posibilidades para mi y también para mi familia. Yo en Venezuela dejé a mi hermano y está en silla de ruedas y necesita una operación. Yo pensé en irme por mi y por mi hermano porque quiero tener las posibilidades de ayudarlo a él”, explicó Mikael, migrante venezolano que tuvo que dejar su país de origen hace un mes.
Llevan a cuestas una serie de complicadas experiencias como extorsión, robo e incluso el enfrentarse contra la naturaleza misma en la selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia.
“Yo nunca había viajado, ni siquiera a Colombia que es un país que está al lado de Venezuela, como quien dice es mi primer viaje y pasar por la selva de Panamá es difícil más no es imposible. Lo único es que si hay demasiados muertos, muere gente diario. A nosotros nos dijeron que ya iban 150 muertos por la crecida del Río. Uno no sabe lo peligroso qué hay en esa selva entre los animales, las caídas porque hay que subir pendientes muy inclinadas, bajar por piedras con solo un mecate”, recordó.
La Organización Internacional para las Migraciones estima que en 2022 alrededor de 200 mil personas atravesaron el tapón del Darién cifra que incrementó un 35% en comparación con el año previo.