Sin embargo, contó que cuando llegó “al Zócalo (de la ahora CDMX), a las 12 de la noche”, en busca de un amigo que le había comentado que supuestamente se hospedaba en un hotel, resultó que éste en realidad vivía en un lugar llamado “Hostal Moneda”, a media cuadra de la Catedral. “Llegó allí y resulta que Diego estaba durmiendo en el piso en la sala de televisión, porque no tenía plata ni para pagar una habitación”, dijo.
“Yo estaba con mi maleta, mi bolsa, y decía qué hago acá. Me venden una tarjeta, le llamo a mi hermana y le digo: me quiero volver mañana, Me dice: tu pasaje está abierto hasta dentro de una semana, no te lo puedo cambiar”, compartió.
Torres explicó que esta no fue la única decepción que tuvo, pues después se comunicó con un amigo de su papá, quien presuntamente le coqueteaba. «Eran del colegio Marista, el señor me invitó a comer y luego me dijo: ‘vente a mi casa’, el señor vivía en Polanco, sólo, en un edificio hasta arriba, (…) pero el señor era medio pizpireto y en las noches golpeaba mi puerta y me decía: ‘estás dormida’ y yo le decía ‘estoy dormida’ (…). Estuve sólo tres días ahí», narró la actriz.
Posteriormente, Bárbara comenzó a contactar a diferentes agencias para hacer comerciales hasta que consiguió un papel, de esos trabajos logró pagar la hipoteca de su casa en Argentina y sostuvo sus gastos económicos. «Hago el casting y quedo en el primer casting (…) hago el comercial y de ahí ya empiezo a hacer un comercial tras otro; todo esto me pasó en un lapso de siete días», aseguró.