Cientos de personas fueron detenidas en la tercera noche de disturbios en Francia por la muerte de un joven baleado por un policía, para quien la justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario.

Anticipando otra noche turbulenta, el gobierno desplegó 40 mil agentes en todo el país que, alrededor de las 03:00 horas ya habían practicado al menos 421 detenciones, según el entorno del ministro de Interior. La mayoría de los arrestados tienen entre 14 y 18 años, explicaron estas fuentes.

La violencia estalló el martes en las afueras de París y se extendió a otras partes de Francia después de la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente en un control vial que quedó registrado en video.

En un informe interno, los cuerpos de seguridad preveían «una generalización» de la violencia en las próximas noches, con «acciones dirigidas a las fuerzas del orden y los símbolos del estado», dijo una fuente policial.

Violencia en el corazón de la Ciudad Luz

Al caer la noche, la violencia emergió con más fuerza. En París, varias tiendas en el centro comercial Halles y la calle Rivoli, que lleva al museo Louvre, fueron vandalizadas, saqueadas o incendiadas, dijo un alto cargo policial.

En Pau, al suroeste, los manifestantes lanzaron un cóctel molotov contra una comisaría, informó la prefectura. En la noche previa se incendiaron comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.

El presidente Emmanuel Macron criticó unas escenas de violencia injustificables contra las instituciones y la República, y su primera ministra, Élisabeth Borne, llamó a evitar una escalada.

El gobierno desplegó 40 mil policías y gendarmes y al menos tres ciudades cercanas a la capital decretaron el toque de queda nocturno. Además, en la región parisina, los autobuses y tranvías dejaron de funcionar a las 21:00 horas.

Disturbios generalizados en Lille

Pequeños grupos dispersos jugaban al gato y al ratón ante un importante contingente policial en Lille, al norte de Francia, donde tres noches de violencia han dejado ayuntamientos quemados o apedreados, además de saqueos y desperfectos.

Como otras ciudades francesas, esta urbe de millón y medio de habitantes cerca de la frontera con Bélgica, es escenario de disturbios desde el martes, cuando un joven murió baleado por un agente de Policía en Nanterre, cerca de París.

En el barrio popular de Wazemmes, los bomberos extinguieron de madrugada el incendio que dañó la planta baja del ayuntamiento del distrito, ahora con la fachada ennegrecida. En otro barrio humilde, en Fives, el ayuntamiento del distrito fue apedreado y sus ventanas quedaron rotas, dijo la alcaldía de Lille.

Hay muchos saqueos de tiendas y supermercados. Los responsables son pequeños grupos muy móviles, compuestos por gente muy joven, que golpean por todos lados. La ciudad está atestada de fuerzas de la Policía, entre ellas unidades de élite, y sobrevolada por un helicóptero y drones de vigilancia después de la violencia de la noche anterior.

Después de medianoche, la tensión aumentaba en Roubaix, uno de los municipios más pobres de Francia. La Policía bloqueaba el acceso a un teatro con numerosos cristales rotos. Al lado, los restos de una barricada en llamas se terminaban de consumir y en el cielo volaban fuegos de artificio.

Los primeros incidentes empezaron a las 21:00 horas locales en la zona de la comisaría central de Lille, donde la prefectura había prohibido toda congregación.

Móviles y dispersados, pequeños grupos de jóvenes prendieron fuego a contenedores y vehículos y destrozaron escaparates de una calle comercial. Algunos rompieron la cristalera de un supermercado para hacerse con algunos refrescos.

Los agentes, a bordo de un vehículo blindado, intervinieron varias veces para intentar dispersarlos. La prefectura, que había prohibido cualquier congregación en esa zona, anunció la detención de seis personas en ese sector y de un total de 24 en la ciudad al comienzo de la noche.

El responsable pide perdón

Después de la ola de protestas por la impopular reforma de pensiones entre enero y mayo, Francia vive un episodio similar por la muerte de Nahel tras desacatar las órdenes de dos agentes durante un control de tránsito en Nanterre. Un video publicado en redes sociales, muestra a un agente que retiene a punta de pistola al conductor y le dispara a quemarropa cuando arranca.

La fuga del joven, fichado por la Policía por hechos similares y que todavía no tenía edad para conducir, terminó a unas decenas de metros, cuando el coche se estrelló contra un poste. Poco después falleció por el disparo en el tórax. La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía sospechoso de haber disparado, indicó la fiscalía, que consideró que el uso de su arma no estaba justificado legalmente.

Su abogado aseguró que el agente pidió perdón a la familia y que estaba extremadamente conmocionado por la violencia del video difundido de los hechos.

«Las primeras palabras que pronunció fueron para pedir perdón y las últimas palabras que pronunció fueron para pedir perdón a la familia de la víctima. Está destrozado, no se levanta por la mañana para matar gente. No quiso matar”, declaró Laurent-Franck Liénard en la cadena BFMTV.