Varios estados del centro y el noreste de Estados Unidos han advertido que el humo de los cientos de incendios activos en Canadá ya está afectando a la calidad del aire y puede seguir extendiéndose en las próximas horas y dañar la salud de sus habitantes, informaron medios locales.
Los estados de Iowa, Wisconsin, Illinois, Indiana, Michigan, Delaware, Kansas, Ohio, Nueva York y Virginia han hecho sonar las alarmas y han pedido a la población que siga atentamente las alertas de contaminación, que podría afectar a personas con problemas respiratorios, niños y ancianos.
Las autoridades recomiendan el uso de cubrebocas N95, así como evitar las actividades al aire libre.
Mientras que las primeras grandes ciudades ya se han visto afectadas, como Chicago, Detroit y Minneapolis, que según la web de medición de la contaminación del aire IQAir se encuentran entre las cuatro metrópolis más contaminadas del mundo en estos momentos, se espera que los vientos desplacen el humo hacia otras zonas del país.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, advirtió de que el humo podría llegar hoy a las zonas más septentrionales del oeste del estado y alcanzar la ciudad de Nueva York (en el extremo sur) hacia final del día.
“Mientras seguimos de cerca las previsiones, los neoyorquinos deben estar preparados para el posible regreso del humo de los incendios forestales canadienses”.
La gobernadora pidió a los ciudadanos del estado que se mantuvieran alerta, especialmente aquellas personas vulnerables a la contaminación del aire.
El pasado domingo, la ciudad de Montreal, la urbe más grande de la región de Quebec, donde hay un centenar de incendios activos, registró los niveles más altos de contaminación del planeta, lo que forzó la cancelación de numerosas actividades al aire libre.
Toronto se situaba como la quinta ciudad más contaminada del planeta, según IQAir, detalló EFE en su reporte.
A principios de mes, las autoridades de varios estados del noreste de Estados Unidos activaron las alertas por los niveles de contaminación del aire, como consecuencia de la presencia de humo de los incendios canadienses.
Un científico de la NASA aseguró entonces que la contaminación por humo de la superficie desde Nueva York hasta la región de Washington capital, era la más significativa desde julio de 2002, cuando ocurrió una situación similar.