Agencias

El coche fúnebre estuvo custodiado por el Rey Carlos III y el resto de los hijos de la Reina, quienes caminaron detrás en silencio.

El ataúd de roble está cubierto con una bandera de la Reina Isabel II y recorrió el camino con una calle llena de gente que pretendía despedir a la gobernante de Reino Unido.

Cuatro días después de su fallecimiento, el ataúd con el cuerpo de la Reina y envuelto en el estandarte real, fue llevado desde el Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo y colocado en un coche fúnebre.

El Rey Carlos III junto a la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo caminaron detrás del coche fúnebre en camino hasta la catedral de St. Giles.

El ataúd permanecerá en la catedral hasta el martes con motivo de que la gente pueda presentar sus respetos para la fallecida Reina.