Alberto Serna

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Puestos de ropa, venta de diversos artículos, lotería, comida y un olor a cárnicas y chicharrares suculentos son la característica del tianguis de la colonia López Mateos, sin embargo; a pesar de todos esos manjares los vendedores dicen que apenas sale para la comida y para lidiar con los gastos diarios.

Un recorrido de dioses es el que se ve en el tianguis de la colonia López Mateos, las calles se han pequeñas, apenas y pueden circular las calles, “Pásele pásele”, “Llévele doñita, dama, señor, caballero”, son algunas frases que se escuchan en este mercado ambulante.

Desde la señora que vende ropa, hasta el que vende comida o aquel que tiene un puesto de comida, todos lucen abarrotados, pero el circulante es poco.

“Si hay mucha gente, muchos vienen, se miden y preguntan, pero no llevan, no compran”, señala una vendedora, Sofía Camacho.

“Nosotros apenas la libramos, apenas sale para la papa, la verdad aquí a quienes les va mejor son a los de la lotería y la comida”, relata Rodolfo Gómez.

Y si; los puestos de comida hasta fila tienen, tacos, tamales, tortas, flautas, gorditas, sopes y miradas, pero son las carnitas y chicharrones los que más gente tienen.

Ese olor a garnacha, a chicharrón y carnitas es imperdible, nadie se le niega, después de una buena comida, lo que sigue es la lotería, justo frente a la casa de Dios, el lugar de reunión, un taller mecánico habilitado y listo para esperar aquellos amantes de este juego de azar.

La iglesia de la Divina providencia, en sus alrededores plagada de vendedores, así como lo relata la biblia cuando Jesús entró al templo y corrió a los vendedores, pero aquí no hay conflictos, aquí la iglesia permite la venta afuera.

Ya en la lotería, las señoras esperan que apenas y se lance la primera jugada, cuando derepente al fondo de escucha “corre” y todos los presentes se preparan con sus fichas.

Apenas y se tiran seis cartas y al final a lo lejos se escucha “buenas”, ante la exclamación de los demás.

Es un día de tianguis, un día en donde a pesar del semáforo naranja en Victoria lo sitios lucen abarrotados, sin embargo; ni así con tanta gente los vendedores lograr recuperarse de la pérdida económica que han tenido a lo largo de la pandemia.