México no es el primer país en querer nacionalizar el litio, Bolivia hizo lo propio hace 14 años, con el ambicioso propósito de tener para 2015 generar una gran industria de baterías y automóviles eléctricos en el país.

Bolivia nacionalizó el litio en 2008, no obstante, ya es 2022 y el país no es competidor en el mercado mundial de las baterías hechas con este mineral, pues han tenido diversos problemas, como la falta de recursos, además de desencuentros políticos e incapacidad tecnológica.

Por su parte, el Servicio Geológico de Estados Unidos asegura que Bolivia tiene una reserva de 21 millones de toneladas métricas de litio.

Los avances para Bolivia fueron lentos en esta materia, pues tardaron cerca de diez años en darse cuenta de que la labor era de proporciones titánicas, que necesitaban de una alianza comercial, por lo que el entonces presidente, Evo Morales, permitió a la iniciativa privada participar en el proyecto.

Antes de dejar la presidencia en 2019, Evo Morales y su sucesor, Luis Arce, lograron acuerdos con empresas extranjeras para lograr el desarrollo de la primera planta de producción de materiales catódicos en Bolivia.

Cabe destacar que desde el año 2022, Bolivia ya produce seis mil baterías anualmente, aunque esta cifra no es suficiente para colocar a la nación como vendedora a nivel mundial, sin embargo, la ONU prevé que para el 2024, el mercado del litio en Bolivia subirá de siete mil millones a 58 mil millones de dólares.