Agencias
El alma más polémica de la NFL: Cárcel, acusaciones de violación, falsa vacunación…
La imagen de Antonio Bown abandonndo el MetLife Stdium de New York en pleno partido entre los Jets y los Buccaneers, sin camiseta y tras una polémica discusión con sus propios compañeros, parece ser la última del receptor de Florida en su carrera en la NFL.
Un jugador tan genial como polémico que ha enterrado todos sus logros (un anillo, cuatro veces en el mejor equipo de la liga, siete veces en el Pro-Bowl, líder de recepciones en la liga en dos ocasiones…) bajo un historial de escándalos que han terminado por devorar a su propio personaje.
Brown llegó a la liga en 2010 tras ser elegido por los Pittsburgh Steelers con el número 195 de su promoción.
En sus primeras temporadas con el equipo ‘acerero’ demostró su calidad como uno de los mejores receptores de la liga, lo que le valió dos jugosos contratos por parte de la franquicia de Pensilvania valorados en 42 y 68 millones de dólares respectivamente.
El último por tres temporadas de duración, aunque nunca llegaría a cobrarlo en su totalidad. A pesar de ser la gran estrella del equipo, en 2018 Brown empezó a dar muestras de su conflictivo carácter.
Con los Steelers en plena lucha por los playoffs, Brown se enfrenta en un entrenamiento con el quarterback Ben Roethlisberger, al que llega a tirarle el balón. Una confrontación que terminó con Brown negándose a jugar el último partido de la temporada.
Un año más tarde terminaría pidiendo su traspaso a través de las redes sociales. Violación, agresión sexual… y prisión.
Los New England Patriots decidiero jugar a la ruleta rusa y firman al jugador ante la petición de Tom Brady. Tres días más tarde de anunciar su llegada, Brittany Taylor, exentrenadora de Brown, presenta una demanda civil en Florida por tres episodios de acoso sexual.
«Como víctima de violación de Antonio Brown, decidir hablar ha sido una decisión increíblemente difícil», declaró Taylor.
El abogado de Brown, Darren Heitner, emitió un comunicado negando todos los cargos. Tanto los Patriots como la NFL, deciden dejar jugar al jugador al no haber proceso judicial.