Agencias
Corea del Norte anunció hoy a través de medios estatales que los dos misiles balísticos que probó en la víspera fueron disparados desde un tren, en lo que supone el primer lanzamiento de este tipo para el país asiático.
“El regimiento ferroviario de misiles participó en el simulacro con el objetivo de golpear el área objetivo a 800 kilómetros de su ubicación después de trasladarse a la zona montañosa central al amanecer del 15 de septiembre”, informó la agencia estatal de noticias KCNA.
Según el ejército surcoreano, Pionyang lanzó los dos proyectiles desde Yangdeok (70 kilómetros al este de la capital norcoreana), en la provincia de Pyongan del Sur, y éstos volaron unos 800 kilómetros y alcanzaron una altura de unos 60 antes de caer en el Mar de Japón (llamado Mar del Este en las dos Coreas).
Las fotos publicadas por KCNA muestran los misiles siendo disparados desde los vagones de un tren, en vez de una lanzadera móvil (TEL).
Con este nuevo sistema de lanzamiento, Corea del Norte parece querer incrementar el número de elementos móviles capaces de desplegar y disparar misiles desde distintos puntos geográficos.
“El sistema ferroviario de misiles sirve como un medio eficiente de contraataque capaz de propinar un duro golpe múltiple a las fuerzas que suponen una amenaza a través de los diferentes activos de ataque en diferentes partes del país”, explicó KCNA.
No obstante, los medios estatales no especificaron qué tipo de misiles fueron los que se lanzaron a modo de prueba.
El lanzamiento estuvo presidido por el general Pak Jong-chon, miembro del presidium del politburó del partido único.
El propio Pak estuvo presente en otro lanzamiento de prueba realizado el pasado fin de semana de un nuevo modelo de misil de crucero de largo alcance.
En un gesto poco usual, Corea del Sur respondió ayer a estos ensayos de armas lanzando un misil balístico desde un submarino (SLBM) y anunciando el desarrollo de un nuevo misil de crucero supersónico anti-buque y un misil aire-tierra para sus nuevos cazas.
A esto hay que sumar el reporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de final de agosto alertando que Pionyang reactivó este año instalaciones para obtener combustible nuclear que puede utilizarse para bombas.
Esta escalada armamentística se produce en un momento en el que el diálogo sobre desnuclearización sigue estancado desde la fracasada cumbre de Hanói de 2019 y después de que Pionyang cortara comunicaciones con Seúl en protesta por los ejercicios militares conjuntos realizados en agosto entre Corea del Sur y Estados Unidos.