Agencias
El 94 % de los mexicanos muertos por la COVID-19 eran obreros, amas de casa y retirados con condiciones económicas adversas, y la mitad no terminó la primaria, reveló un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) disponible este domingo.
Además, el 92 % de los decesos ocurrieron en instituciones públicas de salud, con la mitad en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras que en hospitales privado solo sucedieron 2 % de las muertes, detalló el reporte “Impacto de los determinantes sociales de COVID-19 en México”.
“Los datos aquí mencionados apuntan a grandes diferencias tanto en nivel de contagio como en la gravedad y mortalidad de COVID-19, según el nivel socioeconómico”, determinó la investigación elaborada por la Facultad de Medicina de la UNAM.
México es el cuarto país con más muertes por COVID-19 en el mundo, con más de 221 mil decesos y casi 2,4 millones de contagios confirmados.
Además, la crisis habría dejado un aumento de entre 8,9 y 9,8 millones de mexicanos con un ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El estudio de la UNAM analizó las cifras hasta el 11 de marzo, cuando México reportaba 2,14 millones de casos y 192 mil 488 fallecidos.
La investigación encontró que “la mitad de las muertes se produjeron en personas con un nivel educativo máximo de primaria”.
Asimismo, reportó que la población urbana de bajos ingresos en municipios de alto nivel socioeconómico ha sido más propensa a contagiarse y morir por COVID-19.
El análisis citó “diferencias muy pronunciadas” en la tasa de mortalidad de los estados, con Ciudad de México a la cabeza con un índice de 318 fallecidos por 100 mil habitantes, seguido de Baja California con 210 y Sonora con 199, ambos en el noroeste.
En contraste, las más bajas han sido en Chiapas (25), Oaxaca (73) y Michoacán (98), en el sur.
El reporte también señaló que solo uno de cada cuatro contagiados, el 25%, recibió atención hospitalaria.
Los expertos también resaltaron el impacto diferenciado en las cerca de 7,2 millones de personas indígenas, con una letalidad de 17,4 % que “duplica la prevalencia en la población general”.
“Resulta evidente que las inequidades sanitarias en grupos vulnerables de nuestro país son una realidad que ha configurado el estado de salud de cada individuo y ha dado como resultado una mayor afectación por el SARS-CoV-2“, concluyó el reporte.