Agencias
China autorizó el uso de emergencia de una nueva vacuna contra el COVID-19, desarrollada por el director de su Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Gao Fu, responsable del CDC chino, dirigió el desarrollo de una vacuna de subunidades proteicas, que el regulador autorizó la semana pasada para su uso de emergencias, según un comunicado publicado el lunes por el Instituto de Microbiología de la Academia China de Ciencias.
Es la cuarta vacuna que recibe autorización de emergencia en el país. China ha aprobado cuatro vacunas desarrolladas por tres empresas Chinas para uso general. El fármaco fue desarrollado de forma conjunta por Anhui Zhifei Longcom Biopharmaceutical Co. Ltd. y la Academia China de Ciencias. El equipo terminó los ensayos clínicos de fase uno y dos en octubre del año pasado y está realizando ahora la última fase de ensayos en Uzbekistán, Pakistán e Indonesia, según el comunicado.
La vacuna de subunidades proteicas es similar a muchas de las otras vacunas autorizadas en otros países, en el sentido de que enseña al cuerpo a reconocer la glicoproteína de la espícula que recubre la superficie de la vacuna del coronavirus. La diferencia está en cómo enseña al cuerpo a reconocerla. Los científicos cultivan una versión inofensiva de la proteína en células y luego la refinan, antes de incluirla en la vacuna e inyectarla a los pacientes.
No hay información pública disponible en revistas científicas revisadas por pares sobre los datos clínicos de la vacuna, que muestre su eficacia o seguridad. Un vocero de la compañía dijo que los datos no se compartirían por el momento, pero que la firma compartía activamente los datos con las autoridades sanitarias.
China avanza despacio en la vacunación de sus 1.400 millones de habitantes, pese a tener cuatro vacunas autorizadas para uso general. Los últimos datos, según una conferencia de prensa ofrecida el lunes en Beijing por funcionarios del gobierno, son de 64,98 millones de dosis de vacunas administradas.
China ha priorizado al personal sanitario, de fronteras y aduanas, así como a trabajadores de industrias concretas seleccionadas por el gobierno. El segundo grupo, que había quedado en segundo plano en comparación con mucho otros países, está formado por ancianos y personas con enfermedades preexistentes.
Las vacunas se habían limitado en principio a adultos entre 18 y 59 años, ya que las autoridades dijeron que no había datos clínicos suficientes sobre pacientes mayores, aunque el gobierno parece estar relajando esos límites. “Completaremos con prontitud la vacunación masiva de la población relevante”, dijo el lunes Li Bin, vicepresidente de la Comisión Nacional de Salud.
Los centros de salud de algunos vecindarios de Beijing empezaron el pasado fin de semana a ofrecer las vacunas a personas a partir de 60 años, según reportó la agencia oficial de noticias Xinhua.