Agencias

El Gobierno de Alemania estima que la actual situación de escasez de vacunas contra COVID-19 puede prolongarse unas diez semanas, un periodo “duro” para el conjunto de los ciudadanos, ante el que Berlín busca soluciones a escala nacional y europea.

“Al menos durante diez semanas persistirá la escasez. Tenemos que afrontarlas de forma conjunta, tal como reclaman de nosotros los ciudadanos”, apuntó el ministro de Sanidad, Jens Spahn, en declaraciones difundidas por su cuenta en Twitter.

Spahn añade que para salir al paso de la situación debe evaluarse la situación actual y posibilidades de “cooperación ya existentes” y buscar “otros apoyos” en los que reforzar esa acción.

Para lograrlo, propone convocar una cumbre entre el Gobierno Federal de la canciller Angela Merkel, los líderes regionales y la industria farmacéutica.

Spahn, quien reiteradamente ha defendido la “vía Europa” para la campaña de vacunación frente a quienes reprochan a su gobierno no haberse avanzado a las decisiones de Bruselas, insiste en la necesidad de que Europa reciba “su parte proporcional”, según lo acordado.

La iniciativa a favor de esa cumbre sobre las vacunas cuenta con el respaldo de Merkel, según indicaron fuentes gubernamentales citadas por el semanario “Der Spiegel”.

El atasco en las vacunas y el miedo a las mutaciones

Los retrasos en la administración y suministro de vacunas, junto al temor a la extensión de las mutaciones, centran la preocupación del Gobierno alemán, en un momento en que se observa un descenso sostenido de los contagios.

El ministro de Interior, Horst Seehofer, confirmó hoy la intención del Ejecutivo de prohibir la entrada al país de viajeros procedentes de regiones con presencia de mutaciones y se refirió explícitamente a Reino Unido, Portugal, Sudáfrica y Brasil.

La decisión podría concretarse entre este mismo jueves y el viernes, según diversos medios alemanes.

La nota positiva es el descenso de los nuevos casos reflejado en las cifras del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.

La incidencia acumulada en siete días cayó en Alemania por primera vez en tres meses por debajo de los 100 nuevos contagios por cada 100 mil habitantes, según los últimos datos del RKI.

El nivel actual es de 98 casos por 100 mil habitantes, frente a 119.0 hace una semana o el pico de 197.6 del 22 de diciembre.

El objetivo del Gobierno alemán es bajar la incidencia por debajo de 50, lo que permitiría rastrear de nuevo las cadenas de contagio.

Merkel y los líderes regionales acordaron en su última reunión prolongar hasta el 14 de febrero las restricciones actuales por el temor a que una expansión de las mutaciones dé al traste con ese descenso.

Desde noviembre está cerrado todo el ocio, la vida cultural y la restauración. A mediados de diciembre se sumó a ello el cierre de los comercios no esenciales, así como la actividad escolar presencial.