Agencias

El estallido social que sacudió sus calles en 2019 no fue en balde: Chile tuvo el lunes un despertar histórico, pues durante la jornada inició un inédito proceso para reescribir su Constitución.

La decisión fue tomada por los mismos chilenos que salieron a manifestarse hace un año. En un plebiscito ocurrido la víspera decidieron el reemplazo de la Carta Magna y que su redacción quede en manos de ciudadanos en lugar de políticos. En las urnas también decidieron que la convención de 155 miembros elegidos democráticamente para redactarla sea paritaria, es decir, que 78 de ellos sean hombres o mujeres.

Patricio Santamaría, presidente del Servicio Electoral, informó el lunes que con 7,5 millones de sufragios contabilizados —el 99,4% de los votos—, un 78,2% favoreció el reemplazo constitucional impulsado por la oposición de centroizquierda y un 21,7% optó por la propuesta del oficialismo de derecha de mantenerla. Además, el 79% prefirió que la nueva Carta Magna sea escrita por ciudadanos electos.

“Estamos frente a la mayor votación de la historia de Chile desde el punto de vista… de votos absolutos, y rompimos la barrera que no (se) superaba desde el 2012 con voto voluntario, el 49,2%”, añadió Santamaría.

Los convocados a sufragar en medio de la pandemia, que mantiene al país con 500 mil contagiados, eran 14,8 millones de personas y votó el 51%.

Lucía Damerth, licenciada en historia de la Universidad Católica y académica de la Universidad de Santiago, dijo a The Associated Press que en el resultado del referéndum hay “un reconocimiento al proceso social de cómo partió esto”.

El oficialismo y la oposición, excluido el Partido Comunista, alcanzó hace un año un inédito acuerdo que convocó al plebiscito para buscar una salida institucional y calmar la presión popular que siguió a un violento estallido social. Las masivas protestas mostraron el descontento de una mayoría que exigía mejor salud, educación y pensiones entre otras muchas demandas.